viernes, 13 de julio de 2012

Sin título

Camina.
Corre.
Avanza.
Muévete… brinca, salta, ¡Haz algo!
Haz algo que estás ahí parado, inmóvil. Estás, pero no estás y voy a volverme loca.
¿Por qué no pasas? ¿Por qué no te mueves? ¿No ves que a veces te odio?  Busco, busco, espero y vuelvo a buscar.  Espero que pases y busco distracciones. Algo que me haga olvidar esta sensación en el estómago. Se aprieta, se retuerce, se llena de no sé qué, pero no son mariposas. Grito por dentro y lloro, grito más fuerte. Te ruego que camines, pero no quieres. Y como no puedo hacer nada entonces escribo; escribo para ver si en estas líneas puedo dejar un poco de esta angustia antes de que me coma viva. O se vuelva tan grande que me desborde y ya no quepa en este mundo.
Tic, tac, tic, tac… las manecillas del reloj se mueven pero tú no, ¿Por qué? Cada tic tac amenaza y promete. Y tú, inmóvil.
Ya te dije, ¡Quiero que hagas algo!
¿Que vuelvas?
No.
Todos te piden eso, pero no.
No, Tiempo, yo no quiero que regreses. Que vuelvas sería inútil. Quiero que de una vez por todas decidas avanzar y me dejes moverme a mí también. Porque me muevo, pero contracorriente, y pesa.
Busco y busco… y tú, inmóvil.

No hay comentarios:

Publicar un comentario