Hoy estuve unas horas en el Hospital Español
en el DF para que me inyectaran Toxina Botulínica tipo A, oséase, Bótox. ¡Ay
wey! ¿Qué dijeron? Esta va a quedar igual de guapa que la Elba Esther. Pero no,
no os preocupéis, estoy tan guapísima que no necesito Bótox cosmético. Eso me
lo guardaré para el día que me salga la primera arruga… ok no.
Resulta que el Bótox se usa con fines
terapéuticos (me informan que para lo primero que se usó fue para el dengue).
Se inyecta en personas con problemas de espasticidad, que quiere decir que
tienen músculos permanentemente contraídos y esta toxina los “descontrae”. En
mi caso lo usó el doctor para ver si me ayuda un poco con el problema de
deglución. Dejé que me lo hicieran porque gugulié el tratamiento y Wikipedia me
dio que efectivamente, el Bótox se usa para la deglución. Me inyectarían una
pequeña dosis en el músculo cricofaríngeo (Ese sí guguléenlo ustedes, es uno de
los chochentamil que hay por la garganta, hasta ahí llega mi conocimiento del
músculo) que podría o no estar contraído, impidiendo o no el paso de alimento
al esófago, y de ahí al estómago. Como verán, es una cuestión muy incierta, así
que este tratamiento podría o no funcionar. Se aceptan buenos deseos, buenas
vibras, pensamientos positivos, energías tipo reiki, energías tipo “el
secreto”, energías tipo metafísica mal aplicada, patas de conejo, changuitos,
oraciones, chones rojos o cuchillos enterrados en el jardín. Cualquiera que sea
el poder mágico de su preferencia o el que mejor le funcione a la comadre de su
abuelita.
Era un procedimiento sencichito sencishito,
según me explicó el Doctor Zubiaur Gomar (¿a poco no también se dejarían operar
por un doctor con ese nombre?) pero por más sencillo que sea, uno no puede
evitar ponerse nervioso al escuchar las palabras “cirugía ambulatoria”,
¿cirugía? Pus que me van a hacer ¿o qué? Más nervioso te pones aún cuando una
enfermera te pregunta de qué religión eres y lo apunta con seguridad en una
hojita. Siempre me da la impresión de que van a organizar de una vez los
trámites en caso de ser necesario un condominio en las alturas… una segunda
enfermera confirma: ¿Católica?... ¡Sí! ¡Sí! Católica, ¿No quieren hacer los
trámites con el Dios equivocado? o ¿Cuál es la insistencia? No se preocupen,
enfermeras, años de formación ignaciana me han informado que el Dios es el
mismo para quien sea, seguro con el que se comuniquen las atiende. Pero bueno,
una vez confirmados los datos, y la historia clínica que he repetido
cuatrocientas ochenta y dos veces empezaron el proceso de canalizarme para
poner “el suerito”. As usual, cuatro enfermeras juntas no pudieron atinarle a
una triste venita y, después de agujerarme, tuvieron que llamar al doctor para
que él lo hiciera.
Una vez en el quirófano, me pusieron la
mascarilla mágica con cloroformo que te duerme. Siempre es lo mismo, lo último
que recuerdo es “Te va a empezar a dar sueño”. Cuando terminó todo me dejaron
dormir un rato porque la anestesia general es po-ten-te. Después en unas horas
me fue a dar de alta el doctor y me explicó que lo que hicieron fue meterme un
tubito por la boca, levantar la faringe, inyectarme y volver a acomodar todo en
su lugar. Ora ora doc, tu moch informesihon. Ya saben que yo llego, me acuesto
en la camilla y dejo que me anestesien. Flojita y cooperando, pero una vez que
estoy con Morfeo que hagan lo que quieran, si me desarman y me vuelven a armar
no quiero escucharlo, tenkiu beri moch. Yo sé que a los doctores les parece
fascinante. Disfrútenlo en silencio y a mi que me dejen echarme mi siestecita.
Ahora solo es cuestión de esperar una semana
para ver si se empieza a notar algo, y en un mes me harán un estudio para saber
con seguridad si funcionó para lo que se esperaba o simplemente tendré la
garganta menos arrugada de la historia. Saludos mis lectores queridos. Prendan
sus velitas, y cámbiense los chones… a mi déjenme el trabajo pesado (la
terapia, pues) yo me despido porque siento como si alguien me hubiera levantado
la faringe, inyectado y vuelto a acomodar.
El músculo cricofaríngeo y yo les mandamos un
cordial saludo.
Desde hace semanas que tenía pendiente leer ésta entrada. Y hoy que estoy medianamente ocupado (lo que para las personas normales es poco ocupado, y en el idioma que hablo últimamente, el idioma nini es ¡wow! tengo algo que hacer) al fin lo hice. Gran entrada: es educativa (en verdad googleé músculo cricofaríngeo), tiene humor y la escribiste tan bien que disfruté leerla, aunque hablas de faringes levantadas e inyecciones múltiples. Por acá ya lancé una oración, lo único que más o menos sé hacer. Ojalá alguien la caché por allá arriba. Y la hice con unos chones rojos puestos, a ver si aumenta el efecto.
ResponderEliminarEn cuanto averigüe como seguir tu blog, lo haré. O sigue publicando tus entradas en facebook pa' leerlas. Un abrazo Mariana :)
Hola Mariana, al final resultó la terapia?
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